Facebook rediseña sus páginas prácticamente a diario






















Las redes sociales
y las nuevas tecnologias
son inventos egoístas y adictivos


Faustino Pérez

Se ha dicho, y con razón, que con las llamadas redes sociales y los nuevos inventos tecnológicos especializados en la comunicación y el ocio, “la gente está más cerca de los que están lejos , y está más lejos de los que están cerca”. Lo primero porque ahora es sumamente fácil comunicarse con los demás dondequiera que se encuentren, aunque sea en las antípodas; y lo segundo, porque los usuarios parecen mostrar más empeño, y se divierten y se entretienen más interactuando con los aparatos que con las personas a su alrededor.

Empecemos por la red social Facebook con sus 800 millones de usuarios, la cual cuenta con decenas de juegos disponibles, y ya de por sí solamente con estas aplicaciones, puede convertir fácilmente a cualquier usuario en un adicto, y a los dueños de la red social no les importa ni preocupa. Por otro lado, rediseña sus páginas prácticamente a diario, obligando a sus miembros a que tengan que readaptarse al mismo ritmo, y todo eso significa tiempo. Y no digamos nada de su utilidad para que uno pueda enterarse de los detalles la vida de los otros, y esos mismos “otros” de la vida de uno. Todos esos datos y todas esas imágenes son una inmensa mina de información que Facebook puede explotar discretamente de muchísimas formas, en su propio beneficio. Por eso se ha dicho que “aquello que uno no quiere que se sepa, lo mejor es no subirlo a la red”.

Esa intensidad en la readaptación y esa ingente cantidad de información, provoca en ciertas personas una angustia tal, que abandonan abruptamente la red social, porque se dan cuenta de que les tenía todo, o casi todo su tiempo disponible, absorbido. Mientras, otros muchos millones reciben reforzamientos psicológicos a diario, con la opción de “me gusta”, y son condicionados a enfrascarse aún más en el uso de la red, sin apenas darse cuenta.

No queremos entrar en los problemas y pormenores que han causado las redes sociales, entre patronos y empleados, incluyendo despidos de los trabajadores; ni tampoco en los asesinatos que se han cometido por frases que no gustaron a los interlocutores en la red, o los divorcios y separaciones que han ocurrido a raíz de una foto subida a la red, y/o por algún comentario. Y Facebook sigue tan campante..., es más, hasta le conviene, porque esas noticias sensacionalistas le sirven de promoción.

Todavía no se ha evaluado a fondo la incidencia de las redes sociales en las convocatorias de los manifestantes en la llamada Primavera Árabe, que ya han propiciado el derrocamiento de varios gobiernos, y aún mantienen en jaque a otros; o bien, entre los que se conocen en Europa y en los EE UU como los “indignados”.

La otra red social que sigue en importancia es Twitter, aunque no es exactamente una red social, pero de todas formas se la usa para obtener información de personas y de acontecimientos, de forma aún más acelerada que en Facebook, porque los mensajes son más breves y numerosos, por estar limitados a 140 caracteres. De paso han hecho añicos el idioma, por la necesidad de abreviar para poder decir más cosas.

Millones de personas en todo el mundo no pueden estar tranquilos hasta que no revisan sus mensajes, por la dependencia psicológica que le crea. A Twitter no le interesa si alguien se pasa las 24 horas del día chateando compulsivamente, por su adicción.

Si pasamos a las computadoras con los numerosos programas, cada vez que uno logra dominar uno, entonces se lo cambian, con lo cual se reinicia un proceso de readaptación. Por el ejemplo para el manejo de las imágenes, el más popular es el Photoshop, del cual sale una nueva versión cada 18 meses aproximadamente. A veces los cambios se hacen por el puro placer de hacer creer que se trata de algo novedoso, porque no innovan nada, sin embargo, el usuario tiene que aprender un nuevo procedimiento y perder su tiempo. En otros casos añaden algo diferente pero quitan una función que era útil. Con todos los programas y con los sistemas operativos pasa exactamente lo mismo.

Con los celulares o teléfonos móviles la adicción al llamado chateo es tal, que donde quiera que uno se dirige, hay gente en el proceso de enviar y/o de recibir mensajes. Millones de personas en el mundo, que duraban años sin escribir una simple carta por el correo, ahora se pasan horas enviando minimensajes a diario. Lo mismo puede tratarse de los viajeros en un aeropuerto, que de los diputados y senadores en las cámaras del congreso, pasando por los alumnos en un aula de clase, o los enfermos en un hospital, o bien, peatones en una calle, o jóvenes sentados en un parque. Se sabe de accidentes mortales al conducir o al caminar por estar pendientes de los benditos mensajes del celular. Hay gente que chatea hasta con la persona que tiene sentada al lado.

Algo peor, es que las diferentes marcas tienen disímiles protocolos de uso de sus unidades, lo cual le complica la vida a los usuarios que deseen cambiar de marca y/o de modelo. Por otro lado, sacan tantos modelos diferentes y con tanta frecuencia, que crean deliberadamente una obsolescencia acelerada en sus productos, para así incrementar su rentabilidad. Le hacen creer a uno con su publicidad, que para estar “in”, es imprescindible poseer lo último en tecnología.

Otra adicción que han provocado los teléfonos móviles con cámara, es la de hacer fotos a todo, como algo compulsivo. Esto tiene la ventaja de que casi siempre hay alguien con una cámara disponible para registrar cualquier acontecimiento o suceso; pero tiene la desventaja, de que cualquier usuario de la herramienta fotográfica, se crea un foto-reportero. De todas maneras, los fabricantes de celulares con cámara, han tenido la astucia y perspicacia de no colocarle lentes de calidad y de dotar a sus aparatos de mucha resolución a base de mejores ópticas, por no querer hacerle la competencia a los fabricantes de cámaras fotográficas, aunque sean ellos mismos. Esto trae como secuela que si uno desea obtener fotos de calidad, además de poder comunicarse con voz y con texto, necesita comprarse dos equipos: el telefónico y el fotográfico.

Los aparatos diversos para escuchar música individualmente, como los iPods, tienen la ventaja de que con ellos no se molesta acústicamente a los demás, sin embargo, fomentan el aislamiento y el individualismo.

Las llamadas tabletas están siendo empleadas para divertirse con ellas y para mantener a la gente ocupada con la novedad; y así con todos los “gadgets”, como los videojuegos de todo tipo, para los cuales se crean programas a un ritmo vertiginoso, con la finalidad de mantener a la gente entretenida y gastando más.

Los mismos blogs son un instrumento genial, para nutrirse del acervo cultural de la humanidad gratuitamente, con la excusa de que así la gente puede expresarse, lo cual es cierto; pero con la grandísima ventaja para ellos, en el sentido de que si los buscadores hacen su negocio con la información, al incorporar los blogs a los motores de búsqueda, las empresas involucradas en el negocio pueden dar respuesta a miles de millones de consultas a precio de bagatela. Y eso, yo estoy convencido, que si no fuera por el escándalo y protestas que causarían, los buscadores también incorporarían los e-mails a los motores de búsqueda, porque ahí hay igualmente mucha información, que ellos intentan hacerle creer a uno que es privada.

El cerebro humano aún no ha tenido el tiempo suficiente para asimilar esa gran avalancha de innovaciones, y lo mismo ocurre con cualquier tecnología nueva. No obstante, me temo que conociendo los hábitos egoístas de las empresas fabricantes de nuevas tecnologías, que sirven muy bien como mecanismos de control social, esta práctica será también una constante en el futuro. Nuestro destino será estar a la zaga permanentemente, o lo más probable, ir al garete…
Publicadas por FAUSTINO PÉREZ a la/s 6:49 PM  
Etiquetas: FAUSTINO PÉREZ, REDES SOCIALES Y LA NUEVAS TECNOLOGÍAS SON INVENTOS EGOÍSTAS
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