La mendacidad es insalubre y deshonra





















Franklin Gutiérrez
Miguel Collado pide dirección 
Biblioteca Nacional por segunda vez 

En el «muro» de Franklin
Jueves 7 de junio

En el 2008 (entre mayo y agosto), mientras el Dr. Leonel Fernández esperaba para asumir por tercera vez la presidencia de la República, circuló en las redes sociales y a través de correos electrónicos una nota similar a la que circula en este momento proponiendo a Miguel Collado para la dirección de la Biblioteca Nacional. Exceptuando a unos cuantos que ahora se unen al grupo inicial, los firmantes son prácticamente las mismas personas, lo cual demuestra solidaridad y lealtad a la amistad que comparten con Collado.

Miguel Collado fue asistente de varios directores de la Biblioteca Nacional y las veces que solicitó la sub-dirección de esa institución, su clamor no fue escuchado. Quienes somos amigos de Collado sabemos que su mayor anhelo es dirigir la Biblioteca Nacional y nos satisfaría sobremanera que lo logre porque, además de ser un versado en libros pienso que puede hacer una labor bastante loable. Por otra parte, el escritor romanense Justiniano Estévez Aristy, como reporta Jimmy Hungría en su espacio cultural Buenalectura, va más allá al plantear que Collado debería ser el próximo Ministro de Cultura. Esa es harina de otro costal.

En el 2008 Collado le pidió públicamente a sus amigos, que cesaran la campaña a su favor argumentando que era potestad del presidente electo designar en ese cargo a quien él estimara conveniente. En el 2008, como ocurre ahora también, él manifestó estar dispuesto a asumir ese compromiso si así lo decidía o se lo solicitaba el presidente o el Ministro de Cultura. La solicitud del 2008 y la reacción de Miguel Collado ante la propuesta de sus amigos, es exactamente la misma de ahora.

Sé que las cosas no ocurren porque sí, las casualidades no existen. Tampoco creo que un grupo de personas reconocidas en el ambiente cultural de la diáspora dominicana en los Estados Unidos se va a embarcar en una jornada de esa naturaleza sin la debida autorización o insinuación directa del propuesto. Por la reciprocidad de nuestra amistad, en el 2008 le envié una nota electrónica a Collado manifestándole mi inquietud al respecto por lo poco ético y degradante que resulta para una persona de su talante intelectual ofrecerse para un puesto público, y también por valerse de un mecanismo de presión tan desentonado para obtenerlo.

En esa ocasión Collado se enfadó conmigo al extremo de distanciarse de mí por un buen tiempo. No tengo dudas de que ahora ocurrirá lo mismo. Pero para mí un amigo es quien me ayuda a abrir los ojos en el justo momento que éstos amenazan con cerrarse. A veces es más rentable y digno invertir un poco de nuestras energías indagando por qué las cosas que deseamos no nos llegan, que usar métodos erróneos para que ello ocurra. La mendacidad es insalubre y deshonra.

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