Supe su gran pasión: La pasión por los amigos
obdulia Guzmán |
Ha muerto Obdulia Guzmán:
Mi suegra, la mamá de Karina Rieke
Por Jorge Piña
Yo la recordaré en cada poema eterno de su hija
Muchos dirán que sus verdaderas dos pasiones eran el periodismo y la escritura, pero yo que la conocí. Supe su gran pasión: La pasión por los amigos, entretener y divertir a los amigos. Obdulia era una diplomática exquisita y fantástica. Fueron grandes las noches de navidad y de año nuevo en la que todos cantamos y bailamos con la sola canción de Ramón Leonardo (Su ídolo y su Fan numero 1 junto a su amiga de siempre Bertilia), Camilo Sesto, y sobre todo, José José. Cantaba y bailaba hasta el amanecer, rodeada de sus grandes hijas: Yoly, Cristina, Karina, Laura y Ámbar. Yo era una especie del hermano grande que le faltó y el hijo que nunca tuvo. Eso sí. Antes que nada era su dedicación a los detalles, la comida, el manjar, las bebidas y el cuidado personal con que recibía a cada uno de sus invitados, compañeros, alumnos y amigos en cada ocasión especial de su apartamento de Manhattan en la famosa calle 106.
Todo lo que hay y ha existido de poesía en mi esposa (muy a pesar de mi deseo), Karina Rieke, se ha debido a la pasión de la madre abnegada y entusiasta por la escritura y el periodismo. Fue alumna de Salvador Pittaluga Nivar y fundadora de la primera sucursal del Instituto de Periodismo del mismo nombre en New York. Obdulia ha sido una revolucionaria militante entregada en cuerpo y alma a la política. Fiel y autentica y miembro distinguida del PRD desde su fundación. Líder de su rama femenina y la esposa de siempre del hombre rana: Gabriel Guzmán. Todas sus hijas, familiares, nietos, y amigos la recordaremos siempre por su amor, por su dedicación, por sus ocurrencias y vivencias singulares, por su risa y entusiasmo.
Por su encanto y simpatía la recordaremos siempre. Yo la recordaré en cada poema eterno de su hija. En la risa de Kamilo y Kamila. En la ternura infinita de su esposo Gabriel y en el recuerdo de su casa, sus enseñanzas y sus preocupaciones. Yo la recordaré en cada abril como la autora de la última elegía a la revolución.