¿Cómo logró usted entrar sin que yo me diera cuenta?
Fernando Ureña Rib |
El agujero azul
Cuento
Fernando Urena Rib
En la noche apareció un agujero azul. Entramos. Yo no podía ver la gente oculta en los rincones y no conseguía imaginar qué hacía allí adentro, pero escuché gritos y jadeos. Intenté detenerla, pero ella me halaba, obligándome a seguirla apresuradamente. Se detuvo un poco y entendí que quería que me asiese de la barandilla y descendimos tropezando por las escaleras hasta un foso donde los olores eran extraños y la música tan estruendosa como intolerable.
Ella debía estar nerviosa como yo, porque se devolvió de pronto, escaleras arriba y casi me arrastra para salir del agujero azul. Ya afuera, el guardia de seguridad preguntó irritado:
-¿Cómo logró usted entrar sin que yo me diera cuenta? En esta discoteca no se recomienda la entrada de ciegos. El descenso es peligroso. Y por supuesto, la entrada de perros está absolutamente prohibida.
- Cuidado. Esta no es una perra cualquiera, señor. Es una Labrador bien entrenada, aunque un poco curiosa. Se llama Lina.