¿Las luchas obreras y las marchas no tienen sentido?

Fernando Ureña Rib





















Tauromaquia
Cuento

Fernando Ureña Rib

– Las corridas de toros guardan una relación estrecha y simbólica con las luchas de los pueblos por su liberación.
– Explícate.
– El toro es el pueblo. Tiene fuerza, le han pegado cuernos y sin embargo está convencido de que puede triunfar en el ruedo.
– ¿Y el torero?
– El torero representa al gobierno, al  régimen o al dictador de turno que rige los destinos del toro, es decir, del pueblo.
– ¿Quieres decir que el toro lleva las de perder?
– Siempre. El torero es más inteligente y aunque su razón de ser sea el toro, es él quien lo entrena a su modo; quien empieza a cansarlo y abrumarlo, sacudiendo la capa, quien lo pone intranquilo, iracundo y  termina por agotar sus fuerzas antes de propinarle la primera estocada.
– Algunas veces el toro logra dar una cogida y se carga al torero.
– Eso es raro. El torero no actúa solo. Recuerda que hay rejoneros, picadores,  banderilleros, pegadores y hombres de a caballo. De los palcos de sol a los de sombra, todo conspira contra el toro. Es un juego mortal y predecible. Tarde o temprano el toro habrá de sucumbir y no importa cuántas embestidas, volteretas o patadas dé, terminará de bruces frente al torero, o sus acólitos.
– ¿Quieres decir que las protestas populares, las luchas obreras y  las marchas no tienen sentido?
– Parece que me entiendes.
– Sin embargo, muchos pueblos se agrupan, se organizan, se levantan y  logran tumbar los gobiernos que les acosan.
– Es cierto. Pero eso solo sirve para que venga otro torero, igual o peor que el anterior y que la lucha empiece de nuevo, y el pueblo siga hollando la arena en  los mismos círculos viciosos.
– Es deprimente. Estás diciendo que no hay salida para el toro, es decir, para el pueblo.
– La salida es luchar en igualdad de condiciones. Si el pueblo se educa, cultiva su inteligencia y sus valores, sabrá cómo torcer el brazo a quienes lo gobiernan. Si el pueblo utiliza su fuerza bruta solo consigue que otros avezados vengan y se aprovechen de su ignorancia.
– ¿Cómo puede el pueblo dirimir las cuestiones vitales que lo irritan, lo clavan y lo provocan como a un toro de lidia?
– Utiliza recursos legales. Pierdes el tiempo sacudiendo el brazo, lanzando consignas y vociferando. Esas acciones resultan en «atajar para que otro enlace», como dicen en los campos de mi pueblo. Edúcate y educa a los que están contigo. La lucha es larga todavía, hijo mío.

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