El sábado 8 de diciembre a las dos de la tarde






















Próxima ópera es 
«Un Ballo in Maschera», de Verdi

Jimmy Hungría


La temporada 2012-2013 de The Met: Live in HD continúa con “Un Ballo in Maschera”, de Verdi, que podremos ver, transmitida en vivo y tiempo real, desde The Metropolitan Opera House de Nueva York, con imagen HD y sonido digital, en la pantalla del cine Acrópolis, este sábado, 8 de diciembre, a las dos de la tarde, y repetida (grabada) en Fine Arts Novo Centro el miércoles 12 a las 7:00 de la noche, al precio de novecientos pesos (RD$900).

El elenco de dicha ópera es el siguiente: Karita Mattila (Amelia), Kathleen Kim (Oscar), Stephanie Blythe (Ulrica), Marcelo Álvarez (Gustavo III), Dmitri Hvorostovsky (Anckarström). Dirige la orquesta Fabio Luisi. Es una producción de David Alden, con escenografía de Paul Steinberg, diseño de vestuario de Brigitte Reiffenstuel, diseño de luces de Adam Silverman y coreografía de Maxine Braham

La sinopsis de “Un Ballo in Maschera”, tal como está contenida en la página web de The Met, es la siguiente:


ACTO I
En el Palacio Real de Estocolmo, los cortesanos esperan una audiencia con el rey Gustavo III. Entre ellos hay un grupo de conspiradores liderados por los condes Horn y Ribbing. Entra el rey. Ve el nombre de Amelia, esposa del conde Anckarström, su amigo y secretario, en la lista de invitados a un baile de máscaras y piensa en el amor secreto que siente hacia ella. Tras quedarse solo con Gustavo, Anckarström le advierte de la existencia de una conspiración contra él, pero Gustavo ignora la amenaza. Óscar, su joven paje, le habla al rey de madame, Ulrica Arvidsson, la pitonisa que ha sido acusada de brujería y va a ser desterrada. El rey decide juzgar por sí mismo, así que organiza una visita de incognito a la hechicera.

En un edificio junto al puerto, madame Arvidsson invoca a los espíritus proféticos y le dice al marinero Cristiano que pronto se hará rico y será ascendido. El rey, que ha llegado disfrazado, introduce secretamente algo de dinero y documentos en los bolsillos de Cristiano. Cuando el marinero descubre su buena fortuna, todo el mundo alaba las habilidades de madame Arvidsson. Gustavo se esconde cuando la adivina manda salir a todos los presentes para recibir a Amelia que, atormentada a causa del amor que siente hacia el rey, ha solicitado su ayuda. Madame Arvidsson le dice que esa noche recoja unas hierbas mágicas. Cuando Amelia se marcha, Gustavo decide seguirla por la noche. Entran Óscar y los miembros de la corte, y el rey pide a madame Arvidsson que le lea la mano. Ella predice que morirá a manos de un amigo. Gustavo se ríe de la profecía y le pregunta por el nombre del asesino. Madame Arvidsson le contesta que será la primera persona que le estreche la mano. Cuando Anckarström entra corriendo, Gustavo le estrecha la mano diciendo que el oráculo se ha equivocado ya que Anckarström es su amigo más fiel. Al ser reconocido por la multitud, el rey es aclamado y los conspiradores murmuran descontentos.


ACTO II
Esa noche, Amelia, que ha seguido el consejo de madame Arvidsson de encontrar las hierbas mágicas, expresa su esperanza de dejar de amar al rey. Aparece Gustavo y ella le pide que se vaya, pero ambos terminan admitiendo el amor que sienten el uno por el otro. Amelia oculta su rostro cuando de improviso aparece Anckarström, quien avisa al rey de que los asesinos andan próximos. Antes de escapar, Gustavo le hace prometer a Anckarström que acompañará a la mujer de vuelta a la ciudad sin levantarle el velo. Al encontrarse con Anckarström en lugar de con la víctima que esperaban, los conspiradores hacen comentarios irónicos sobre su velada acompañante. Cuando Amelia se da cuenta de que su esposo antes prefiere luchar que romper su promesa a Gustavo, ella se retira el velo para salvarle. A los conspiradores esto les hace gracia, y se ríen de Anckarström por la embarazosa situación en la que se encuentra. Anckarström, desconcertado por la traición del rey y la aparente infidelidad de su esposa, cita a Horn y Ribbing en su casa para la mañana siguiente.


ACTO III
En su apartamento, Anckarström amenaza con matar a Amelia. Ella le pide que le permita ver a su hijo por última vez. Cuando ella se marcha, Anckarström declara que es del rey de quien debería vengarse, no de Amelia. Llegan Horn y Ribbing, y Anckarström les comunica que va a unirse a los conspiradores. Los hombres deciden echar a suertes quien será el encargado de asesinar al rey. Anckarström obliga a su mujer a extraer las tiras de papel con los nombres. Anckarström está encantado cuando ve aparecer su propio nombre. Entra Óscar con una invitación para el baile de máscaras. Los asesinos celebran tener la oportunidad de poder ejecutar su plan. Amelia decide avisar al rey.

Solo en su estudio, Gustavo toma la decisión de renunciar a su amor y enviar a Amelia y Anckarström a Finlandia. Óscar le trae una carta anónima advirtiéndole de la trama para asesinarlo, pero el rey se niega a sentirse intimidado y acude al baile de máscaras. En la sala de baile, Anckarström intenta sonsacarle a Óscar qué disfraz lleva Gustavo. El paje le responde con evasivas pero termina desvelándolo. Amelia y el rey se encuentran, y ella le repite la advertencia. Él se niega a irse, le declara su amor una vez más y le dice que la va a enviar fuera del país junto a su marido. Mientras los amantes se despiden, Anckarström dispara al rey. Gustavo, moribundo, perdona a su asesino y admite que amaba a Amelia pero le asegura a Anckarström que su esposa es inocente. La multitud alaba la bondad y generosidad del rey.

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