Se vende la portada en la mañana, el feliz comentario y el respeto...














Mercado

Luis Carvajal

Se venden confidencias, felonías,
discursos, oraciones y decretos.
Se compran arrogancias, coincidencias,
...consignas y promesas y secretos.

Se vende la portada en la mañana,
el feliz comentario y el respeto.
Se compra la sonrisa y el aplauso
y el terceto final de algún soneto.

Se compran y se venden las patadas,
el amor, el pecado y el desprecio.
La mirada del juez, la cruz del cura,
un lugar en la fila y el silencio.

La muerte que sorprende en una esquina,
el llanto y el lamento y su reverso.
La ciencia que no explica, la caricia,
y de Judas, la huella de algún beso.

Se compran y se venden los motivos,
el olvido, el olfato, el universo.
La imagen reflejada en el espejo.
La sombra proyectada por el cuerpo.

Se vende la esperanza, la desidia,
el camino que lleva hacia los cielos.
La paciente quietud del que está vivo.
El eterno descanso de los muertos..

Se venden epopeyas fracasadas:
abriles y febreros y noviembres;
coroneles con aire de fusiles;
mariposas y ranas…, y septiembres.

La inocencia de mayo, la apatía
de todo un pueblo que duerme sin remedio
mientras se compra y vende en el mercado
nuestra patria, nuestra alma, nuestros sueños.

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