Su origen pudo haber sido en la India o en la China
Arroz
Décimas
Gabriel Moquete
Arroz, Oriza Nativa
es su nombre original,
es un rico cereal
con propiedades activas.
¿Desde cuándo se cultiva?
desde época muy lejana,
antes de la Era Cristiana
ya se conocía en la China,
andaba por sus cocinas,
ya espigaba en sus sabanas.
Su origen pudo haber sido
en la India o en la China,
en fin, hacia el Asia inclina
que de por allí es nacido.
En datos bien socorridos
lo sitúan en tres mil años,
de este cereal antaño
ni la Biblia hace mención,
se nota que este renglón
era en Egipto un extraño.
Pero el arroz fue saliendo
de aquel mundo en que nacía
y como un sol se metía
cualquier nublado rompiendo.
Poderoso se fue haciendo
llenando necesidades,
y hoy, con su poder invade
media población mundial
sólo el maiz, su rival,
en siembras le sobresale.
Pero el arroz desafía
a cualquier otro alimento,
es un rico complemento
en cualquier economía.
En la mesa es compañía
rica, sabrosa y muy grata,
economiza la plata
y no maltrata la vida,
pues nos brinda una comida
rica, sabrosa y barata.
En el arroz integral
tenemos gran alimento,
tiene el grano un cubrimiento
que no se debe quitar.
Se debe descascarar
pero dejar, con cuidado
el grano bien cobijado
con una cubierta oscura,
a esta cascarilla dura
es que llamamos salvado.
Este salvado contiene
una serie de elementos
y forman un alimento
que al organismo conviene.
Por ejemplo, fibras tiene,
hierro y vitamina D,
nacinamida: B 3,
calcio, magnesio, potacio,
en este tan poco espacio
así, ¿cómo usted lo ve?
Leche de arroz integral,
la leche que de él se saca,
parece leche de vaca
y muy grata al paladar.
Como es leche vegetal
es muy rica y ventajosa,
calcio tiene poca cosa,
no tiene colesterol,
es un chin agrio el sabor
pero no posee lactosa.
Imposible enumerar
las recetas con arroz,
pero un crimen, digo yo
algunas aquí ignorar.
Un insulto al paladar
sería no hablar de «chapea»,
del locrio de lo que sea,
carne de cerdo o de pollo,
puede ser manilo criollo,
o de gallina o guinea.
Un asopao, o un moro,
un chambre, o un buen sopión,
un arroz blanco, ¡concón!,
y habichuela haciendo el coro.
Arroz con dulce, un tesoro
que no se puede igualar,
pero es cosa de gozar
salidos de la cazuela,
arroz, carne y habichuela,
¡la bandera nacional!
Es el valle de La Vega,
Valle de La Vega Real,
un tesoro nacional
donde la riqueza anega.
Por allí el Cibao se entrega
con su dulce realidad,
allí la tierra es bondad,
multiplica en sus amores
desprendidos moradores
que nadan en la bondad.
Pues por allí, en esa zona,
en ese manso contorno,
el arroz es un adorno
que todo el valle corona.
Allí como que amontona
toda la naturaleza
la piel de su fortaleza
para lucirla sin fin,
aquí hay un regio festín
dedicado a la belleza.
Y más allá brota Nagua
recostada junto al mar,
placentera al esperar
la riqueza de las aguas.
Han subido a sus enaguas
las savias embravecidas,
envidiosas y atrevidas
de ese encanto natural,
¡se muere de celo el mar!
¡Por Nagua pierde la vida!
Los divinos humedales
que bañan el litoral
hacen a Nagua reinar
en los predios de arrozales.
El bajo Yuna resale
en producción arrocera,
es la más rica cantera
de este cereal de ensueño,
ningún país caribeño
tiene costa tan certera.
Este país, tan pequeño,
tiene cosas muy grandiosas,
tiene gente laboriosa
que trabaja con empeño.
Hagamos real ese sueño
con que Duarte nos parió,
por el cual su vida dio
sin importar cómo fuera
para que el pobre pudiera
aunque sea comer arroz.
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